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Edvard MUNCH,El grito, 1893.
EL GRITO (EDVARD MUNCH)
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
y en el grito
las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
con sus manos
a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
Hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. en el horror
sólo me permito este poema silencioso..
WATANABE,J.:Elogio del Refrenamiento. Ed. Renacimiento. Sevilla 2003
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José Watanabe, Perú 1946-2007. Hijo de japonés y peruana es uno de los grandes poetas en español que abundan en Iberóamerica/Latinoamérica/Hispanoamérica y que devuelven un español, dilatado y enriquecido permanentemente.
Edvard MUNCH,El grito, 1893.
Aunque el expresionismo es un movimiento difícil de delimitar, porque existe como constante histórica, es también un movimiento concreto, un río con distintos afluentes.
El noruego Munch (1863-1942),y el belga Ensor forman la primera oleada del Expresionismo como movimiento moderno y El grito, es su imagen más impactante y conocida.La emoción, el pathos, metamorfosean el color y la forma para trasmitir sentimientos intensos, de crítica social (Ensor) o desolación humana (Munch).En esta pintura la naturaleza como magma,la perspectiva acelerada, las formas humanas sugeridas, el color, la pincelada...trasmiten una honda sensación de amenaza y desamparo.
EL GRITO (EDVARD MUNCH)
Bajo el puente de Chosica el río se embalsa
y es de sangre,
pero la sangre no me es creída.
Los poetas hablan en lengua figurada, dicen.
Y yo porfío: No es el reflejo del cielo crepuscular, bermejo,
en el agua que hace de espejo.
Oyen el grito de la mujer
que contempla el río desde la baranda
pensando en las alegorías de Heráclito y Manrique
y que de pronto vio la sangre al natural fluyendo?
Ella es mujer verdadera. Por su flacura
no la sospechen metafísica.
Su flacura se debe a la fisiología de su grito:
Recoge sus carnes en su boca
y en el grito
las consume.
El viento del atardecer quiere arrancarle la cabeza,
miren cómo la defiende, cómo la sujeta
con sus manos
a sus hombros: Un gesto
finalmente optimista en su desesperación.
Viene gritando, gritando, desbordada gritando.
Ella no está restringida a la lengua figurada:
Hay matarifes
y no cielos bermejos, grita.
Yo escribo y mi estilo es mi represión. en el horror
sólo me permito este poema silencioso..
WATANABE,J.:Elogio del Refrenamiento. Ed. Renacimiento. Sevilla 2003
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