Alberto Savinio (Andrea de Chirico) habla de Apollinaire y del retrato que su hermano el pintor Giorgio de Chirico hizo en 1913 al poeta y activista de vanguardias en un estilo que fue calificado de metafísico y tan onírico que anunciaba el surrealismo :
"Cuando lo conocí, Apollinaire vivía en 202 del Boulevard Saint-Germain".[...]"Al enrolarse como voluntario en Francia, Apollinaire se mereció por fin ese derecho a la nacionalidad francesa que hasta entonces se le había negado. Combatió primero como suboficial de Artillería, luego como oficial de Infantería. Los galones se los ganó sobre el campo de batalla. Herido en la cabeza, fue internado en el hospital italiano de Auteuil y trepanado por el doctor Palazzoli.Desde su cama del hospital bajo el camauro que tapaba el agujero del cráneo, Apollinaire pensaba en el "profético" retrato que Giorgio de Chirico le había hecho en 1913: ese retrato en que sobre un profundísimo verde el perfil del poeta se recorta en forma de blanco, con el cráneo perforado en el mismísimo punto donde tres años más tarde lo hirió la esquirla de granada."
En el mismo texto Savinio traza otro retrato- esta vez literario- de Apollinaire, con humor y ligereza casi aéreas que deja transparentar admiración y emoción sinceras:
"Apollinaire había nacido en Italia. Le poète assasiné es en parte una autobiografía".[...]"De la madre polaca Apollinaire había tomado el apellido Kostrowitzky.Ésta había sido una gran mundana que, al apagarse hasta el último rasgo de su belleza, se enroló en las casas de juego como "ave de reclamo"[...]"Era parco en palabras y dejaba morir las frases. Su risa era infantil. A los petulantes los rebatía con una ignorancia inexpugnable. Un fulano le habla de Racine. Apollinaire abre de par en par los ojos, que recuerdan los del búho, y repite :"Racine? Vous avez bien dit Racine?", y mostrando un estupor cada vez mayor pide que le cuente quién es Racine , qué cosas ha hecho. Estaba provisto de una cultura amplísima, variada como las nubes, alejandrina y próxima a lo mistagógico."[...]
Antes ha referido los siete días que pasó en la cárcel el poeta acusado de haber robado la Gioconda del Louvre y cómo esa estancia en la cárcel le inspiró "uno de sus poemas más conmovedores: La Santé."
Y casi terminando Savinio recuerda que en el otoño de 1918 después de la firma del armisticio Giuseppe Ungaretti regresa a París con un atado de puros que traía a Apollinaire: "sube de cuatro en cuatro los siete tramos de escalera, la escalerita suplementaria...Era un día tremendamente caluroso" y Apollinaire acababa de morir.
[Apollinaire fue un precursor. Él utilizó por primera vez el término surrealismo entre otras muchas iniciativas creadoras. Ramón Gómez de la Serna supo valorar lo que el talento de Apollinaire tuvo de carga de profundidad en las transformaciones culturales y escribió sobre ello:
"Es el poeta que menos murió al morir". porque
"Murió después de haber dado permiso para lo imposible, después de haber aconsejado y escrito sobre la posibilidad de lo arbitrario que quedó desencadenado en el mundo e influyó en todos los destinos del arte contemporáneo. "]
post relacionados:
Apollinaire y Marie Laurencin en el taller de Picasso
Albero Savinio. Contad, hombres, vuestra historia, Siruela, 1991
No hay comentarios:
Publicar un comentario