ESTRELLA DE NAVIDAD
Durante los hielos, en un lugar más hecho al calor
que al frío, y a la llanura que a la montaña,
un niño nació en una cueva para salvar el mundo;
nevaba como sólo puede nevar en el desierto.
Todo le parecía grande: el pecho de su madre,
el hálito dorado de los ollares del buey,
los Reyes Magos (Melchor, Gaspar, Baltasar), sus presentes.
Él solo era un punto. Y un punto era la estrella.
Atenta, sin parpadear, entre las escasas nubes,
al niño acostado en el pesebre, desde lejos,
desde lo profundo del Universo, desde el otro extremo,
la estrella en la cueva lo miraba. Y aquella fue
la mirada del Padre.
24 de diciembre de 1987
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