Leonardo Sciascia, Fuego en el alma, Conversaciones con Domenico Porzio, Mondadori,1992
La primacía que concedes a Stendhal en el conocimiento del hombre, se la adjudicas después de haberlo comparado con Manzoni, Dostoievski y otros. ¿Por qué piensas que precisamente él ha adivinado la quintaesencia del alma humana?
-Sobre todo se ha leído a sí mismo y se ha representado al mundo. En ese sentido La vida de Henry Brulard es un libro extraordinario.
¿Y tú crees que Dostoievski no ha llegado a tanto?-Ha llegado pero por otra vía. Savinio decía que Stendhal carecía de profundidad. En el sentido de que las cosas profundas las traía a la superficie. Dostoievski,en cambio, ama la profundidad. ¿Conoces a Carboni, el stendhaliano milanés?
¿El arquitecto?-Sí. Tenía una biblioteca stendhaliana notable. Decía que los grados del stendhalismo son tres: al principio uno cree que el libro más grande es Rojo y Negro, luego se convence que es La Cartuja, al final se comprende que el grado supremo en Henry Brulard. Lampedusa había llegado a La Cartuja.
Entonces se trata de un recorrido largo, que exige una lenta maduración. ¿Tú en qué grado estás?-He llegado a Henry Brulard.