El Impresionismo se desarrolla en Francia, desde mediados de los años sesenta del siglo XIX. Lo forman un grupo de pintores, de estilos diversos pero con algunas ideas comunes: considerarse los nuevos realistas, buscar la plasmación de la percepción visual teniendo en cuenta las variaciones de la luz y rechazar el academicismo imperante.
Buscan atrapar la luz y hacerla una parte integrante del color; desean fijar en el lienzo las sensaciones luminosas y capturar la impresión fugaz del movimiento, tratan de desterrar el negro utilizando sombras coloreadas...
Al no ser admitidos en el Salon oficial se agrupan en torno a Manet que en cierto modo se convierte en guía y referente, aunque este gran pintor no pertenezca propiamente al movimiento. Se reunen en el Café Guerbois y cuando resulta demasiado ruidoso para sus conversaciones, en el Nouvelle Athènes. Terminada la guerra francoprusiana y la insurrección de la Comuna de París (1870-71)- , planean organizarse y exponer al margen del Salón; lo conseguirán en 1874 con la primera exposición del grupo en el estudio del fotógrafo Nadar.
Al no ser admitidos en el Salon oficial se agrupan en torno a Manet que en cierto modo se convierte en guía y referente, aunque este gran pintor no pertenezca propiamente al movimiento. Se reunen en el Café Guerbois y cuando resulta demasiado ruidoso para sus conversaciones, en el Nouvelle Athènes. Terminada la guerra francoprusiana y la insurrección de la Comuna de París (1870-71)- , planean organizarse y exponer al margen del Salón; lo conseguirán en 1874 con la primera exposición del grupo en el estudio del fotógrafo Nadar.
Entre los pintores impresionistas hubo algunas mujeres, con personalidad plástica propia como la francesa Berthe Morisot y la norteamericana Mary Cassatt, pintora de gran talento y la figura femenina más importante del Impresionismo.
Maternidad, h.1890, ól/lz, 81 x 65 Museo de Bellas Artes de Bilbao
Mary Cassatt ( Pitsburg en 1844-Francia, 1926); era hija de un rico banquero que se opone que se dedique al arte pero ante su insistencia inicia la formación en la Academia de Bellas Artes de Filadelfia. Todavía muy joven, hace un viaje a Europa para conocer y copiar las obras de los grandes maestros en el Louvre y en 1865 se instala definitivamente en París. Degas aprecia su estilo en el Salón de 1872 y la invita a unirse al grupo lo que va a ser decisivo en su evolución.
Mary Cassatt participa desde 1877 en las exposiciones colectivas aunque la vida bohemia sería impropia de una mujer burguesa de la época, y no participa en las interesantes reuniones del Café Guerbois que anima Manet.
El tema preferido de Mary Cassatt son mujeres y niños: "maternidades", que a veces, recuerdan en versión moderna y laica a las madonas italianas .Es una dibujante de talento y una pintora cuya trayectoria sigue con interés Degas que la inicia en la utilización del pastel y el grabado, y la contagia el interés por las estampas japonesas en los años 90.
Las imágenes de los pintores japoneses Utamaro y Hokusai, sobre todo, despertaron el interés de los impresionistas que estudiaron en ellas un modo de representación diferente del occidental por la tendencia a la bidimensionalidad, la importancia del dibujo, la apliacación del color en extensos campos...la fusión de las figuras con el fondo..., la línea fluyente y tendente al arabesco...
Dejarse seducir por el tipo de representación japonesa supone eliminar la corporeidad del volumen y el color y diluir la figura con el espacio. Utilizar trazos limpios sin sombreados y llegar a una síntesis de lo presentado eligiendo un sistema cerrado de líneas sumamente refinado.
Mary Cassatt extrae del estudio de las estampas japonesas representaciones de expresividad sorprendente en composiciones concisas e intensas reducidas a una estilización esencial que no impide el efecto de monumentalidad a pesar de la ligereza. Son una muestra de su maestría en el dibujo y de su sabiduría en la composición
Algunas de estas representaciones, con solitarias figuras femeninas realizando toilette logran una gracia y elegancia notables y son estudios de desnudos parciales sumamente expresivos. Son imágenes elegantes también desde un punto de vista plástico,por la economía de líneas y color con que están conseguidas, y suponen haber entendido en profundidad los principios de la estética japonesa, y sobre todo del estilo de Utamaro.
La extensa obra de Mary Cassatt - óleos, pasteles, grabados, dibujos-, la muestra como una gran artista y el mejor elogio de su calidad pictórica lo hizo Paul Gauguin cuando al comparársela con Berthe Morisot, la bella cuñada de Manet y muy considera también por los otros pintores, aseguró:
"Miss Cassatt tiene el mismo encanto, pero más fuerza."