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Se descubre un libro heredado y olvidado y resulta un hallazgo por el texto- de Apollinaire- y más aún por el prólogo -de Ramón Gómez de la Serna.
Henri Rousseau
El libro, El Poeta asesinado, de G. Apollinaire. Editado en 1924 por Biblioteca Nueva. El prólogo de Ramón Gómez de la Serna es un acercamiento a Guillaume Apollinaire y a su obra y sirve para aproximar al autor de las "greguerías" y hacer parpadear al lector con su información de primera mano y prosa chispeante.
Ramón comenta el retrato que Henri Rousseau hizo a su descubridor y amigo el poeta Apollinaire y permite conocer algo más de Rousseau, y de Apollinaire, el escritor y crítico francés, cuyo talento fue un germen activo de las vanguardias.
Picasso, Apollinaire.
APOLLINAIRE, EL PRECURSOR
por
RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA
(-)"Guillaume Apollinaire de Kostrowizky nació en Roma durante el mes de agosto de 1880. Era nieto de un general polaco, y, si le creyésemos a él, hijo de un cardenal italiano.
Su madre le llevo de niño a la Costa Azul, donde vivió los mejores años de su infancia, y en cuyo suave y libre azulismo se despertó al mundo y al consentimiento de los gustos. Si fuese yo muy cursi, diría: "en la valva nacarada de aquel rincón se sedimentó la perla". No iría mal ese pensamiento a aquella cuna ideal, en cuyo paraje he visto sonreír, como en ningún sitio, las joyas de las joyerías. Mi recuerdo de Niza es una joyería en plena felicidad, en el más bello día de su emoción."[-]
"Ya llega la hora en que destaca en su vida el arte con las tres estrellas en la bocamanga, y en que su "precursión"se hace efectiva. ¿Es el 1903? Sí, el 1903 o principios de 1904.
"Es cuando se encuentra con André Salmón en el sótano en que se celebran las Soirées de la Pluma, como misa funeral del simbolismo expirante, pues todos estaban impacientes por dedicarse a un arte más libre, capaz de prolongaciones ilimitadas. Es la época azul de Picasso y en tan temprana fecha, Apollinaire publica en la Pluma el primer estudio sobre el jefe cubista.
Fue alegre camarada de los últimos representantes del simbolismo, y en 1907 se le ve en uno de los banquetes de los "Catorce" pedir, un poco embriagado, agua de Apollinaris (célebre agua de mesa francesa) gritando: "¡Es mi agua! ¡Es mi agua!"
"Es la alegre época en que se dedica a mil cosas, falta a mil citas y llega tarde a otras mil. Él mismo lo ha dicho, poetizando cínicamente su informalidad en las citas:
Un día.
Un día yo me esperaba a mí mismo.
Yo me decía: "Guillermo, ya es hora de que vengas".
Vive sus mejores horas en los cabarets en que se bebe la vida como en el de la Dernière Chance, o en de los Asesinos, llamado más tarde Lapin Agile y que ha definido con maravillosa frase Mac Orlan: "un cabaret asentado en el suelo como una linterna roja a la entrada de un garage"
En el despacho de Apollinaire se reúnen Matisse, Derain, Marie Laurencin, Henri-Matisse, etc., toda la vanguardia de la pintura llamada cubista un poco después. allí reciben el insufle sedicioso. Apollinaire, siempre mediador, recibía al mismo tiempo las visitas de Elémir Bourges, Octave Mirbeau y otros escritores de ese tipo.
No era un mixtificador, sino un hombre entusiasta que amaba la paradoja pura, por el contrario de los demás, que en todo lo que aman en el mundo aman la paradoja, siempre la paradoja, pero la impura, la convencional, la admitida.
Una vez el gran Royère dió una conferencia sobre los poetas jóvenes de entonces, y al hablar de Apollinaire que en aquella época comenzaba, dijo que era un mixtificador. Apollinaire pritestó, diciendo que él no era un mixtificador: "¡Todos sois mixtificadores menos yo!" Royère le contestó: "lo cual resulta lo mismo", quedando flotando en el ambiente la ineficacia letal de la opinión lanzada en un sentido o en otro.
El pintor Rousseau va a hacer su entrada solemne en casa de Apollinaire, descubriendo la admiración que va a provocar en el escritor, lo que después ha hecho que sus obras adquieran precios fabulosos.
En un capítulo de "El cubismo y todos los Ismos" me ocupo de este pintor, cuya fama se debe a Apollinaire, que a propósito de Rousseau retrató al poeta y su musa de ese modo genial, que resulta de lo más inefable entre lo inefable. Si alguna musa no ha sido falsificada, ésa es la verdadera, con toda su ingenuidad propia.
Henri Rousseau.El poeta Apollinaire y su musa, (Marie Laurencin), 1909 ól/lz, 146x97. Kunsmuseum, Basilea.
Rousseau, mientras pintaba el retrato de Apollinaire, le tomaba las medidas a la manera de los sastres y las trasaladaba a la tela; después iba a su casa y con aquellas cifras apuntadas en un cuaderno pintaba de memoria. Un día el poeta recibió una carta del pintor, diciéndole: "He perdido la medida de tus espaldas; ¿podrías pasarte un momento por casa?"
Mientras le hacía posar en las últimas sesiones, para hacerle el tiempo agradable, cantaba canciones de su juventud:
"Moi, je n'aim' pas les grands journaux
Qui parl' de politique
Qu'est-c' que ça m' fait qu' les Esquimaux
Aient ravagé l'Afrique'
Ce qui m'faut à moi cést l´P'tit Journal,
La Gazett' la croix d'ma mère:
Tant plus qu'y a d'noyés dans l´canal
Tant plus qu'c'est mon affaire.
Appollinaire vive alegre.
La vida se desliza bohemia y apodíctica para él. Es aún el incontestado por la Fama.
Espera a sus amigos en su guardilla, una de esas guardillas sin aguardillar (sic) de Francia. Veía desde su despacho, por un agujero abierto en un ángulo, quién había llamado a su puerta y según quien fuese, decía que estaba o no. [-]
En Septiembre de 1911, Apollinaire es detenido como supuesto autor del robo de La Gioconda y conducido por dos guardias a la cárcel.Le ha comprometido su amistad con un gracioso aventurero: el barón de Ormesan, del que cuenta pintorescas aventuras en Hérésiarque et Cº, y que, apiadado de él en un momento en que se le presentó con hambre, fue su secretario.
Conducidas las interpretaciones del robo hasta lo inverosímil, y después de recordar que Marinetti había escrito hacía poco recomendando la destrucción de los museos y de las obras de arte, se busca al representante en Francia de las doctrinas más nuevas y se le encarcela, recordando que después de publicar una de sus más bellas novelas con el relato de un robo de unas estatuas del Louvre, confió esas estatuas -de verdad robadas por el barón de Ormesan- al escaparate del Paris-Journal, que las tuvo expuestas para escarmiento de los robos futuros, devolviéndoselas al Louvre de nuevo.[...]
Picasso, Apollinaire
En el café de Flore surge la idea de Les soirées de Paris, donde él traza las leyes del Cubismo.Es tiempo alegre. Pero 1914 va a llegar. Unas últimas vacaciones alegres se preparan, las de julio y agosto de 1913. Ahora que vemos correr al revés el film, vemos que la efervescencia de aquellos días se debía a que todos pasaban el último verano antes de las separaciones definitivas, de la vida de uno, de una mujer el otro, de una época todos.[-]Se va a Deauville, con el genial Roveyre.
Es el 1º de agosto de 1914, y algunas personas que acaban de llegar de París hablan de la movilización. Los "luises" de oro se retraen ya, no brotan libres y fastuosos sobre los tapetes verdes.[-]De vuelta rápida hacia París, en automovil, Apollinaire escribe en Fontainebleau su poesía La Fête Manquée.
La guerra le envuelve, le lleva, le ofusca. Comprende desde el principio que es una fatalidad terrible contra la que sería inútil volverse. Se le ve en el torbellino, que tiene virajes misteriosos, zonas en las que se pierde.[-]
Pasa de la Artillería a la Infantería por ascender, y un día, estando leyendo un número del Mercure de France en la trinchera, un pedazo de obús se le clava en la cabeza. "No me creía alcanzado-ha dicho él- y ya iba a continuar mi lectura cuando la sangre comenzó a caer sobre la revista".
[El caligrama que tanto cultivó Apollinaire.
"Llueve" ,en el poema-imagen,en este caso los versos siguen la lluvia sesgada por el viento.]
Es llevado al hospital...y poco después una pierna y un brazo se le paralizaron. Hubo entonces que decidir la trepanación.(-)Parece que va a entrar en una época de reposo y de reanudación. Pinta un cuadro en que aparece un brigadier enmascarado, cuya cabeza rompe un casco de obús y de entre cuya sangre brota una Minerva triunfante.
Pero en eso la gripe le atraviesa y muere de una congestión pulmonar el 9 de noviembre de 1918, el gran día del armisticio, el día en que, como ha dicho Soupauld, lo niños daban mueras a su nombre -pues fue día de abominar estentoreamente a Guillermo II- los mismos niños a los que él se había dirigido diciéndoles:
"Hombres del porvenir, acordaos de mí. Yo vivía en la época en que acabaron los reyes."
El Bestiario o Cortejo de Orfeo se publica en 1911, cuando Apollinaire tenía 31 años. Raoul Dufy el exquisito pintor, entusiasmado desde el proyecto realiza una serie de grabados en madera para cada poema. Como ejemplo y por su encanto especial:
El gato
Imagino mi casa:
una mujer que signifique algo
un gato entre los libros
y amigos todo el año
Porque no puedo convivir sin ellos.
Ramón Gómez de la Serna, acaba el prólogo hablando de la imaginación sin límites de Apollinaire y de su estilo. Como en estas ráfagas:
"No queramos hacerlo derivar todo de Mallarmé. No emparejemos las cosas incomprendidas como si fuesen gemelas.Apollinaire es más bien lo contrario que Mallarmé. Es de esos hombres que son tan geniales en relación con el pasado, que por lo incomprensible que resulta el contraste parecen idiotas. en vez de buscar el tono raro,prestigioso, el término que destella solo, en una palabra todo lo que deshace el cliché, dando a su prosa y a su verso el aspecto de una lengua creada por él, Apollinaire procuró llenar su obra de las frases corrientes, de los epítetos usados hasta estar ya un poco estropeados, de palabras que los periodistas usan constantemente. Después es cuando hace el juego difícil con todo este conjunto de cosas concretas y vivas."
"La introducción de sus oscuridades alarga el pensamiento y parece que lo lanza como un cohete cuyo itinerario se marca en el aire, sin que nadie pueda decir cuál ha de ser, ni después de visto cuál ha sido"
"Condensa esa literatura que hace guardar un mayor silencio para ser comprendida" [-]
Finalmente, cuando muere Rousseau en 1910, su amigo Apollinaire hace un poema más cerca de la complicidad que de la elegía que el escultor Brancusi grabará sobre la tumba.
Gentil Rousseau tú nos escuchas
Te saludamos
Delaunay su mujer el señor Queval y yo
Deja entrar nuestro equipaje exento de derechos
a las puertas del cielo
Te llevaremos pinceles telas colores
A fin de que tu ocio sagrado allí en la luz real
Lo consagres a pintar como cuando hiciste mi retrato
La cara de las estrellas
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La musa pinta: Marie Laurencin y Apollinaire en el taller de Picasso
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