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A uno de esos poemas en prosa pertenece El talismán, de 1929 que en su brevedad mantiene vivos la fascinación,el hechizo y el misterio.
Durero, 1513, El caballero, la muerte y el diablo. 24,5 x 18,8 cm.(pulsar para ampliar)
Alberto DURERO es el artista alemán más influido por el arte italiano del Renacimiento: hizo un viaje "de estudios" a la Venecia de los Bellini y Mantegna. Fue un gran pintor y a la manera de entonces un científico y sobre todo un grabador de primera clase -se considera que él, Rembrandt y Goya son los mayores grabadores de todas las épocas-. Era un dibujante excepcional y dominaba el trabajo con las ceras, los ácidos y las planchas de cobre del grabado; su obra gráfica se difundió con rapidez y tuvo pronto difundida por la imprenta recién inventada. En 1513 realizó este célebre grabado que fascinaba a Leonardo Sciascia como refleja en El caballero y la muerte,y que muchos años antes atrajo al visionario Ramos Sucre.
Pero Ramos Sucre , lee en las imágenes otra historia: ha sentido una atmósfera tenebrosa e inquietante que le hacen decidir que el caballero sea un Fausto retorcido y malvado, dedicado a la brujería y a la magia negra, con tal de atrapar el tiempo que se le escapa en el reloj de arena de la muerte; en el momento en que atraviesa el plano del grabado se dirige hacía su sombría guarida, cuidada por redomas humeantes y amenazadoras, en vez de a la ciudad luminosa que tal vez sea la que se encuentra en lo alto de la montaña.
José Antonio Ramos Sucre (Venezuela 1890-Ginebra 1930), es la persona que elige Gustavo Guerrero en un prólogo memorable de la antología poética Conversación con la intemperie, Seis poetas venezolanos, como la figura fundacional, el punto de partida lejano,que hace posible un grupo de poetas de excepción en la Venezuela contemporánea, los Cadenas, Montejo, Gerbasi....
Figura solitaria y atípica, -un raro lo llama- con profunda formación lingüística, cultural y humanista y una potencialidad creativa que más que en los movimientos distintos que se suceden -modernismo, neolirismo, surrealismo y otras vanguardias...- ha construido su propia tradición, partiendo y ahondando en las raíces soterradas del idioma que le llevan a decir :"yo escribo el español a base del latín".
Su obra "fascina porque extravía, hechiza porque desorienta", añade Guerrero y continúa recordando sus mil y una noches dedicadas al estudio, la erudición, las lenguas...y los tres libros y en total unos trescientos cincuenta poemas en prosa que "fue casi todo lo que nos dejó al suicidarse en Ginebra...". "Unos poemas que no se parecen a nada de lo que se había escrito en prosa hasta entonces, con un estilo único, riguroso e inquietante" y termina con una frase iluminadora para explicar lo que crea un gran poeta o lo que es la poesía pura: "un idioma dentro del idioma"...
A uno de esos poemas en prosa pertenece El talismán, de 1929 que en su brevedad mantiene vivos la fascinación,el hechizo y el misterio.
Durero, 1513, El caballero, la muerte y el diablo. 24,5 x 18,8 cm.(pulsar para ampliar)
El talismán"Vivía solo en el aposento guarnecido de una serie de espejos mágicos. Ensayaba, antes de la entrevista con algún enemigo, una sonrisa falsa.Había exterminado las hijas de los pobres, raptándolas y perdiéndolas, desdeñosamente. Alberto Durero lo descubrió una noche en solicitud de una incauta. El galán se había provisto de un farol de ronda para atisbar a mansalva y volvió a su vivienda después de un rodeo infructuoso y sobre un caballo macilento. El artista dibujó, al día siguiente, la imagen del caballero en el acto de regresar a su guarida. Lo convirtió en un espectro cabalgante y le sustituyó el farol de ronda por un reloj de arena.
El caballero habita una casa desprevenida de guardianes, sumida en la sombra desde la puesta del sol. No se cuenta de ningún asalto concertado por sus malquerientes.
Se abandona sin zozobra al sueño inerme. Fía su seguridad al efluvio de una redoma fosforescente, en donde guarda una criatura humana, el prodigio mayor del laboratorio de Fausto."
Alberto DURERO es el artista alemán más influido por el arte italiano del Renacimiento: hizo un viaje "de estudios" a la Venecia de los Bellini y Mantegna. Fue un gran pintor y a la manera de entonces un científico y sobre todo un grabador de primera clase -se considera que él, Rembrandt y Goya son los mayores grabadores de todas las épocas-. Era un dibujante excepcional y dominaba el trabajo con las ceras, los ácidos y las planchas de cobre del grabado; su obra gráfica se difundió con rapidez y tuvo pronto difundida por la imprenta recién inventada. En 1513 realizó este célebre grabado que fascinaba a Leonardo Sciascia como refleja en El caballero y la muerte,y que muchos años antes atrajo al visionario Ramos Sucre.
Los historiadores del arte interpretan la imagen, dentro de su turbulenta época especialmente en lo religioso,como una representación del Caballero Cristiano del que habla Erasmo de Rotterdam , el más importante humanista del norte;también Durero era un humanista cristiano ; pocos años después de haber realizado esta imagen se pondrá del lado de Lutero,cuya disputa con la Iglesia se habían iniciado por un problema de indulgencias y la necesidad de renovación espiritual de la misma y terminó con una revolución copernicana -en el siglo de Copérnico- la transformación de la idea de Dios; se pasó del Dios-Juez-Implacable que había que temer hasta entonces, en el Dios-Amor en quien bastaba creer para salvarse.
El grabado, firmado y fechado a la izquierda, representa un ideal estético y moral: el soldado cristiano caminando firme a pesar de los peligros hacia la Jerusalén Celeste,la resplandeciente ciudad amurallada del Apocalipsis,mientras es acechado por la muerte y el diablo. En la representación hay símbolos-escondidos, pervivencias del gótico tardío, cuando Dios estaba detrás de cada cosa representada, como el perro que indica la virtud y la fidelidad y que acompaña a su amo a pesar de las lagartijas y las calaveras y el horrible diablo-cabra que son el mal y el peligro.
Pero Ramos Sucre , lee en las imágenes otra historia: ha sentido una atmósfera tenebrosa e inquietante que le hacen decidir que el caballero sea un Fausto retorcido y malvado, dedicado a la brujería y a la magia negra, con tal de atrapar el tiempo que se le escapa en el reloj de arena de la muerte; en el momento en que atraviesa el plano del grabado se dirige hacía su sombría guarida, cuidada por redomas humeantes y amenazadoras, en vez de a la ciudad luminosa que tal vez sea la que se encuentra en lo alto de la montaña.
Conversación con la intemperie, seis poetas venezolanos, Selección y Prólogo de Gustavo Guerrero, Galaxia Gutemberg, 2008